Estudios abordan maneras de cocinar menos contaminantes

En Guatemala, Honduras y Nicaragua, hacer tortillas sobre un fuego humeante es un modo de vida.  Las mujeres pasan en promedio cuatro horas al día cocinando para sus familias, e inhalando rutinariamente el humo tóxico que proviene de la combustión de la leña y carbón vegetal.

Cada año se producen en América Central 37.000 muertes prematuras —en su mayoría de mujeres, pero también de muchos niños— causadas por el aire contaminado en las viviendas. En total, cerca de 20 millones de centroamericanos, poco más de la mitad de la población de la región, usa leña como combustible para cocinar.

Esta situación forma parte de un problema mundial, especialmente grave en países de ingreso bajo. Unos 2.800 millones de habitantes del planeta cocinan con biomasa u otros combustibles sólidos; el 78% de ellos en zonas rurales. Todos están expuestos a la contaminación del aire al interior de las viviendas, hecho que en 2010 provocó aproximadamente 3,5 millones de muertes y aumentó significativamente los casos de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y de otros tipos.

La iniciativa Energía Sostenible para Todos, respaldada por el Banco Mundial, tiene como objetivo proporcionar métodos de cocinar seguros y modernos antes de fines de 2030, y se estima que esta meta requerirá un incremento de la actual inversión anual de unos US$100 millones a US$4.400 millones.

Además del documento de orientación para el sector de la energía del Banco Mundial,  que se compromete a “ampliar la participación en soluciones limpias para cocinar y para calefacción”, varias investigaciones recientes analizan el problema de los combustibles domésticos, para el cual no se han encontrado soluciones eficaces durante generaciones.

Esta situación forma parte de un problema mundial, especialmente grave en países de ingreso bajo

Esta situación forma parte de un problema mundial, especialmente grave en países de ingreso bajo

Tres estudios del Banco Mundial apuntan a las causas que han hecho fracasar los esfuerzos anteriores para implementar maneras seguras:

.- Falta de conciencia en los hogares de que el humo de las cocinas provoca enfermedades respiratorias que pueden llevar a una muerte prematura.

.- Fácil disponibilidad y a bajo costo (a menudo gratuita) de leña y otro tipo de biomasa.

.- Carencia de prácticas más seguras y menos contaminantes, como el uso de gas licuado del petróleo, gas natural, biogás y cocinas eficientes que reducen drásticamente los peligros de la combustión de biomasa.  O bien estos métodos no han sido asequibles ni sostenibles.

Un desafío persistente es que las cocinas menos contaminantes  siguen siendo un “problema de las personas pobres”. Cuando los incentivos a corto plazo alientan a los empresarios a tratar de crear un mercado de mejores cocinas, sus intentos a menudo no llegan a buen término. Las cocinas realmente seguras no son asequibles, no se adaptan a las necesidades locales, o no se fabrican a nivel local y, por lo tanto, son difíciles de conseguir.

Si bien los impactos de cocinar en el interior de las casas son idénticos en todas partes —enfermedades respiratorias y muertes— el mejor enfoque para resolver el problema puede variar de un lugar a otro, según estos estudios.

Se necesitan incentivos para que los empresarios diseñen, fabriquen y comercialicen cocinas seguras que se adapten al país o la región, elaboradas con materiales de la zona y adaptadas a las prácticas culinarias locales. Los estudios también destacan la necesidad de campañas de sensibilización con el fin de promover métodos de cocinar que usen combustibles no contaminantes.

El desafío consiste en poner en práctica estas lecciones. Expertos en energía doméstica del Banco Mundial están colaborando con los países clientes para que las apliquen a través de la Iniciativa de Prácticas de Cocinar no Contaminantes en Asia oriental, así como en América Central. También se está trabajando en África sobre la base de la Iniciativa de Soluciones para Cocinar con Combustibles no Contaminantes de África al sur del Sahara.

El Banco Mundial también forma parte de la Alianza Mundial de Cocinas Limpias, una asociación público-privada que busca crear un próspero mercado internacional de cocinas y combustibles para el hogar que no contaminen y sean eficientes.

Vía | Banco Mundial