Venezuela: Murciélagos vulnerables

En la Guayana venezolana vive la segunda especie de murciélago endémica del país que, como advierte el Libro Rojo de la fauna venezolana, está amenazada. Un dato para analizar en el Año Internacional del Murciélago

Han inspirado personajes famosos de Hollywood, pero con solo nombrarlos la piel se eriza. Estos animales “con alas en las manos” acaparan la atención mundial luego que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), la Convención de Especies Migratorias (CMS) y el Acuerdo sobre la Conservación de Poblaciones Murciélagos Europeos (Eurobats) declararan 2011-2012 como el Año Internacional del Murciélago.

El objetivo es que a lo largo de este periodo se promuevan acciones que sensibilicen a la humanidad sobre el conocimiento de esta especie fundamental “para la preservación de los servicios ambientales que hacen posible la vida en el planeta”, según explican Daniel Lew y José González, biólogos del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), en el calendario institucional de Fundación La Salle, dedicado a esta especie.

Los científicos detallan que los murciélagos pertenecen a la orden Chiroptera y después de los roedores, son los más diversos y los que mejor se distribuyen en casi todos los ecosistemas, aunque se alejan de los casquetes polares y algunas islas. Destacan que el registro fósil encontrado data de hace 52 millones de años aunque es probable que existan más antiguos, pero “los murciélagos tienen un esqueleto con huesos extremadamente esponjosos, muy frágiles que se descomponen rápidamente”.

Añaden que sus roles como polinizadores, dispersores de semillas, controladores de insectos, entre otras funciones ecológicas, son cruciales para mantener el equilibrio dentro de los bosques, los humedales, las tierras cultivadas, los ecosistemas áridos e incluso en las ciudades.

En Venezuela existen 165 especies de murciélagos, lo que representa el 14% del total mundial, siendo las especies de la familia Phyllostomidae (filostómidos) las más numerosas al reunir el 54% de las especies de murciélagos en el país. En la Guayana venezolana está presente una especie de esta familia que, como advierte el Libro Rojo de la fauna venezolana, se encuentra amenazada.

ENIGMÁTICO

Es la segunda especie de murciélago endémico para Venezuela y su distribución sólo al norte del estado Amazonas y al noroeste del estado Bolívar, le ha valido el nombre común de murciélago narigudo enigmático, más conocido por la ciencia como Lonchorhina fernandezi.

Los científicos José Ochoa Graterol, especialista en Ecología Tropical y Carlos Ibañez de la Estación Biológica de Doñana (España) la describieron por primera vez en 1982, luego de la captura de tres ejemplares machos adultos hallados en una pequeña cueva formada entre dos lajas, muy cerca de Puerto Ayacucho.

Los últimos estudios se hicieron durante el inventario de fauna silvestre realizado por el Ministerio de Ambiente y el Museo de Historia Natural La Salle entre octubre 1984 y marzo 1986, se recolectaron 42 nuevos ejemplares machos en el oeste del estado Bolívar.

Explican que el hecho de haber encontrado solo machos les llamó la atención “aunque la formación de grupos segregados de machos solitarios ha sido señalada para otros murciélagos del nuevo mundo, muchos de ellos de hábitos cavernícolas”. Destacan que estos machos solitarios son muy susceptibles a la distracción y tienden a ser más nómadas.

“En la mayoría de los casos constituyen grupos provenientes de una colonia reproductiva asociada en harenes. Por lo que las colonias encontradas de L. fernandezi pudieron tener su origen en una colonia reproductiva recientemente segregada y refugiada quizás en una localidad cercana”.

Respecto a las características corporales, detallan que es la especie de menor tamaño dentro del género, alcanzando hasta 5,7 centímetro de alto; la cola es muy larga y su coloración es parda oscura a negruzca. “Su característica más llamativa es la hoja nasal extremadamente alargada y delgada que llega a ser tan larga como las orejas”.

En las observaciones realizadas, los científicos encontraron que esta especie gusta de sabanas con muy poca vegetación arbórea “donde estaría en capacidad de realizar vuelos rápidos y rectilíneos utilizando además estratos aéreos de mayor altura”.

Asimismo, descubrieron que inicia sus rondas nocturnas a las siete de la noche regresando al refugio entre las cinco o seis de la mañana, “con los estómagos llenos” de mariposas (Lepidóptera) y congorochos (Coleóptera).  De igual modo, estimaron su fase reproductiva “al menos en el final de la estación lluviosa entre septiembre a diciembre”.

EN PELIGRO

El Libro Rojo de la fauna venezolana lo clasifica como una especie en peligro que se está enfrentando a un riesgo muy alto de extinción en estado silvestre. Ochoa Graterol aclara que la amenaza se debe a las matanzas indiscriminadas en sus refugios por el control erróneo de sus poblaciones al ser confundida con vampiros.

“Algunos lugareños piensan que la especie posee hábitos hematófagos (se nutre de sangre) por lo que ha estado sujeta a medidas inadecuadas de control poblacional”. También, entre las amenazas que incrementan su vulnerabilidad está la pérdida y degradación de sus hábitats “por la expansión de la frontera agrícola y la constante perturbación de sus refugios”.

El especialista recomienda desarrollar investigaciones que incrementen el conocimiento y la dinámica poblacional de esta especie única para la Guayana venezolana; iniciar programas de educación ambiental que permitan “eliminar las falsas creencias” sobre esta especie y el entrenamiento del personal responsable de los programas de control de vampiros en áreas ganaderas.

Por Evelyn Guzmán Bigott  | http://www.eldiariodeguayana.com.ve

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